El diagnóstico de artritis se realiza tras una evaluación de los síntomas, una exploración física y una o varias pruebas de diagnóstico por imagen. Por desgracia, la mayoría de los tipos de artritis son actualmente incurables, pero las opciones de tratamiento actuales pueden ser muy eficaces. El tratamiento suele consistir en una combinación de medicamentos antiinflamatorios y dispositivos para aliviar la tensión en la articulación (bastones, muletas o férulas). También pueden ser útiles el ejercicio regular, la pérdida de peso en los pacientes con sobrepeso y las inyecciones de cortisona. En casos graves, la cirugía ortopédica, como la sustitución de la articulación, puede ser la única forma de mejorar o restablecer la función y aliviar el dolor.